La primera pieza
para mi colección no podía ser otra. La que siempre fue y será mi preferida por
varios motivos. El primer motivo es que fue la primera figura de mi colección
original y uno de mis personajes favoritos de la serie. El segundo es que me la
compró mi abuela, que falleció este año, y que es una de las personas más
importantes de mi vida.
Nos situamos allá
por el año 88, cuando apenas acababan de llegar a las jugueterías. Yo aún
jugaba con mis Star Wars y cada vez que acompañaba a mi abuela de tiendas por
el centro intentaba que, a cambio de tan
aburrido paseo, me regalara algún juguetillo por acompañarla. Así que en algún momento
de aquella tarde de invierno (incluso recuerdo que ya había anochecido) acabamos
entrando en una juguetería a echar un vistazo. Yo directamente me fui al
repositorio de muñecos de la guerra de las galaxias, pero allí al lado había un
nuevo repositorio de figuras nuevas, de las que apenas había oído hablar, excepto
por el nombre, el cual había visto en algunos tebeos en el quiosco, pero al que
apenas había prestado atención, pues en lo referente a comics, los que me
gustaban eran los de superhéroes.
La verdad es que
la primera impresión que tuve no fue buena. Eran un montón de muñecos de los
cuales no conocía el trasfondo ni la historia, como sí conocía la de los star
wars. Además me parecieron bastante dispares, como si no guardaran ninguna
relación unos con otros, e incluso algunos se me antojaban bastante feos, por
lo que estuve a punto de ignorarlos y buscar un nuevo star wars para mi
colección. Pero en el último momento uno de ellos capto mi atención. Era una enigmática
figura vestida de negro. Lo misterioso del personaje me cautivó al instante. Lo
que me llevo a descolgar el blíster y a escrutarlo. Lo siguiente que llamó mi
atención era la cantidad de accesorios que traía en comparación con los star
wars. Una mochila, una “pistola” chulísima con una forma que no había visto
antes (luego descubrí que se trataba de una UZI), una espada, ¡Y hasta un lobo!
Emocionado le di
la vuelta al blíster y vi que contenía una especie de ficha militar con la
descripción del personaje. La leí interesadísimo y lo flipé… ¡Además era un
ninja! – ¡Qué bien sabían en aquella época lo que queríamos los niños!
Finalmente, y no
sin cierta sensación de culpabilidad, decidí serle infiel a los star wars y escoger
el que sería el primer muñeco de mi colección de g.i.joe. Allí mismo, donde
tiempo atrás y en unas condiciones similares había escogido a Han Solo Bespin,
se cerraba el ciclo Star Wars y comenzaba la etapa G.I. JOE
Aquella misma
noche Ojos de Serpiente sería adoptado por los star wars y correría sus
primeras aventuras esquivando disparos sobre la mesilla de noche.
A los pocos días,
conseguí ahorrar unas pesetillas que me daban como propina por echar una
mano con las tareas domésticas, y me fui corriendo al quiosco con la esperanza de
hacerme con alguno de los comics que había visto anteriormente. ¡Necesitaba
saber más de misterioso ninja y su lobo mascota!
Y así fue como
compré el primer número de G.I.Joe de comics fórum. Más concretamente el número
8 por 150 pesetillas de la época. Y aunque no tenía mucho protagonismo, allí
estaba Ojos de Serpiente del que no pude averiguar mucho, pero sí un par de
detalles importante. El personaje era mudo, o por cualquier motivo no
pronunciaba ni una sola palabra en todo el tebeo. Y además parecía que no
estaba dispuesto a desvelar su identidad y quitarse la máscara bajo ninguna
circunstancia. No era mucho para empezar, pero me releía el comic una y otra
vez y empezaba a familiarizarme con el resto de personajes los cuales
intentaría conseguir (pobre de mí) lo antes posible.
Una de las
primeras cosas que me llamó la atención era que el atuendo de Ojos de Serpiente
no coincidía con el de la figura. Durante mucho tiempo pensé equivocadamente
que se trataba de una falta de responsabilidad del dibujante, que prefería
dibujar una versión sencilla del personaje, en vez de dotarla con todo el
detalle del juguete.
Respecto al resto
de personajes, poco tiempo después descubrí que la mayoría de ellos no estaban
disponibles en nuestro país, y me pasaba las horas mirando catálogos donde venían
otros muñecos que sí aparecían en los comics y que al parecer sí se vendían en
otros países.
En el mismo
comic, número 8 de la colección aparecía el siguiente anuncio publicitario:
Y esto es todo
hasta la próxima entrega, en la que seguramente no tenga tanto que contar como
en esta, que sin duda, por lo especial, lo merecía.
Yo JOE!!!